
Articulo corto( por eso lo publicamos en su totalidad) escrito en el Blog Gallegos por el mundo, donde relata las sensaciones que siente la persona que regresa al terruño:
“Cuando llego a la aldea todo cambia, mis actitudes, mi forma de ser, mis deseos, todo. ¿Será quizás porque llego al nido en que nací o porque me siento parte de todo lo que me rodea y lo que un día me vió crecer?.
En realidad no lo se ni siquiera intento saberlo porque no deseo que nada desmantele en un segundo tanta plenitud y tanta dicha.
Aquí me recargo de esa energía pura y limpia que en mi niñez tenía a diario, aquí siento dentro de mí a todos aquellos que compartieron algún día momentos felices que quedaron gravados dentro de mi ser, aquí me imagino en mi único mundo puro y grato que era el de mi corazón de niño aldeano, feliz y sano.
Entonces el pensamiento me lleva a los cuentos del abuelo y las noches frías de invierno junto al brasero, a las canciones de madre y a la despedida de un padre al que tardaría años en volver a ver, a la primera comunión, a los días en la escuela, a las travesuras y los escondites y a todo aquello que un día gris de abril tuve que dejar atrás para cruzar el mar y enfrentarme a nuevas cosas y a otras gentes.
Dentro de mí sigue viviendo aquel niño, yo lo siento y lo protejo porque quiero y deseo que nunca pierda la pureza de un tiempo lejano pero feliz.”
Autor: Gallegos por el mundo
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